Cómo aprovechar una sandía al máximo transformando su piel en un delicioso bocado


¿Sabías que se pueden hacer “pepinillos” a partir de las cáscaras de la sandía? Las sandías y los pepinos pertenecen a la misma familia de plantas, las cucurbitáceas, así que tienen características similares. Sin embargo y a diferencia del pepino, ni se ve sandía encurtida en los supermercados ni mucho menos solemos comemos su cáscara (a pesar de que es completamente comestible y es más nutritiva que la pulpa, la cual es agua en un 95%).

Ahora que llega el verano y comienza la temporada de esta fruta, no te puedes perder esta receta con la que te enseñamos a aprovecharla al 100%, transformándola en un sabroso y versátil condimento.

INGREDIENTES 

  • 500 g de cáscaras de sandía

  • 1 vaso de agua

  • vaso de vinagre de manzana o blanco

  • 4 cucharadas de azúcar blanco

  • 1 cucharada de sal

  • 1 cucharadita de mostaza amarilla en grano

OPCIONAL: Dientes de ajo, cilantro, pimienta negra en grano, cebolla roja…

¿Cómo hacer el encurtido de cáscaras de sandía?

1. Lava bien las cáscaras de sandía (no utilices aquellas que se hayan mordido directamente) y córtalas en tiras o cubos. Si la parte verde es muy gruesa, recomendamos retirarla con ayuda de un pelador, ya que tiene un sabor un poco amargo (aunque se puede comer sin problema).


2. Mete las cáscaras en un tarro limpio (si añadieras cebolla, ajo o cilantro, mételos también en el tarro) hasta llenarlo completamente.


3. En un cazo, añade el vinagre, el agua, la sal y el azúcar y hierve a fuego lento hasta que se disuelvan completamente. Agrega las semillas de mostaza (o pimienta negra) y hierve durante dos minutos.


4. Viértelo sobre la sandía, hasta que la cubra por completo. Si no lo hace, añade más agua.


5. Cierra bien el tarro, ponlo boca abajo y déjalo reposar al menos un día antes de consumirlo. A medida que pase el tiempo, el encurtido irá cogiendo más sabor. Consérvalo en la nevera y disfrútalo pasadas hasta dos semanas.


Beneficios de hacer el encurtido de sandía


1. Disminuyes el desperdicio alimentario:

La cáscara de la sandía es la mayor parte del peso de la misma. Con esta receta utilizas una parte de la fruta que normalmente se tiraría, ayudándote a reducir la cantidad de basura que generas y a sacarle el máximo provecho a esta fruta.

2. Minimizas el impacto medioambiental:

Reduciendo la cantidad de basura orgánica que termina en el vertedero, ayudas a minimizar los gases de efecto invernadero. También, ayudamos a compensar el coste ambiental de producción, ya que la planta ha invertido gran parte de la energía y recursos, precisamente, en producir la cáscara que protege las semillas.

3. Fuente de nutrientes:

La mayor parte de minerales y vitaminas de la sandía se encuentran justamente en la parte que desechamos, ya que la pulpa en su mayoría es agua y azúcar. Esta receta te ayuda a incorporar esos nutrientes y a diversificar tu dieta.

4. Aporta versatilidad a tus platos:

El encurtido de cáscara de sandía tiene gran variedad de usos y se puede disfrutar de diferentes maneras. Con un cierto toque agridulce, sirve como un sabroso condimento, perfecto para sándwiches, ensaladas, acompañar carnes o tablas de quesos o, simplemente, como aperitivo para disfrutar antes de las comidas o picar entre horas.

En resumen, con esta receta de aprovechamiento no solo ayudarás a combatir el desperdicio alimentario, sino que te beneficiarás de todo el valor nutritivo de la sandía, además de darle un plus de sabor a tus platos.

¿A qué esperas a probar esta receta zero waste?